Número de atrevidos lectores:

martes, 27 de mayo de 2014

Podemos... joderos vivos!


La irrupción del partido político Podemos, encabezado, creado, pergeñado, ideado y lanzado al estrellato de la red y los medios de comunicación tradicionales por Pablo Iglesias, ha sido, en mi opinión, lo más destacable de los resultados de las últimas Elecciones europeas, cuya campaña, por demás, ha sido la más penosa y deprimente de la reciente historia de la Democracia (sic) española; y conste que las campañas electorales españolas, todas, han tenido un nivel tan bajo de interés político que se estudiarán como modelos de encefalograma plano en el futuro -si es que no se estudian ya en los países que sí disfrutan de democracias verdaderas.

Otro hecho destacable es la muerte por asfixia interna del partido socialista, partido que dejó agonizando Zapatero en manos del taxidermista Rubalcaba para que éste le extrajera los órganos vitales y los ojos y lo rellenara de estopa, a fin de poder colocarlo en cualquier estantería sin que oliera demasiado mal.

Pero este breve artículo no es para hablar de necrosis, sino de este extraordinario partido Podemos, de Pablo Iglesias, un madrileño de 35 años que por lo visto da clases en la Universidad Complutense, la de los cadáveres hacinados.

Si no han leído ustedes el Programa de este singular partido, les recomiendo que pinchen el enlace ad hoc y le presten atención; no es muy largo. Y merece la pena, porque en él se despliega... todo un universo de color y fantasía! Parece que se hubieran reunido alrededor de una mesa abarrotada de copas de Fundador diecisiete universitarios de los 70', pelo a lo afro y patilla exuberante, y hubieran escrito en las servilletas del bar todas y cada una de las ideas más excelsas que un corazón joven e incauto pudiera soñar!

Algunas de las propuestas, no lo puedo negar, son interesantes. Y justas, ciertamente. Pero la gran mayoría, en mi opinión, son disparates de calibre grueso. El lenguaje con que se expresan da idea de la estructura totalitaria que domina la formación. Utilizan profusamente las siguientes palabras: "prohibición", "prohibiremos", "se prohibirá"; así como "supresión", "reconversión", "ilegalización" y, especialmente, "control".
Prohibir, controlar, suprimir e ilegalizar son, pues, los recursos más socorridos de estos admiradores de Hugo Chávez, el golpista venezolano recientemente muerto, y de Fidel Castro, ese gran libertador de su propia familia que ha decidido, como Raphael, no morir jamás.

Las empresas son, a lo que parece según el programa de Pablo Iglesias, el objetivo a batir. Si éste trincara el Poder en algún momento, los empresarios y sus familias deberían (es un consejo) abandonar España con lo puesto, inmediatamente, pues ya podrían olvidarse de obtener beneficio alguno por su trabajo e iniciativa personal. Los colegios concertados, cierre inmediato. La Iglesia, a las catacumbas. Los inmigrantes, todos con casa y manutención sine die. La Sanidad, gratis total para todos los europeos, turistas e inmigrantes. La ayuda internacional, no se sabe con qué dinero, se multiplica exponencialmente; especialmente en los países comunistas y socialistas. Los israelíes son unos asesinos; los palestinos, unas almas cándidas. El Sáhara, independiente. La cultura suramericana populista, y los países del Magreb, como modelos de relaciones internacionales. El Banco Central Europeo, nacionalizado; la tierra, ocupada y repartida. Y así, un largo etcétera de desiderata quinceañeros asombrosos.

Por descontado, los territorios europeos, todos, tienen derecho a decidir su futuro como naciones. Esto, de ponerse en práctica, sólo afectaría a España, claro. Imagínense ustedes los referenda simultáneos que dejarían esta Nación antiquísima que aún es España convertida en cantones en cuestión de un mes. No sólo Cataluña y Euskadi se independizarían a los tres días de la llegada al Poder del de la coleta y sus secuaces, sino hasta el barrio de la Puerta Carmona sevillano en el que nací se declararía Cantón Independiente!

Se nacionaliza y se reconvierte en gestión pública (o sea: de los del apparatchik de Podemos) desde la Banca hasta las Cajas de Ahorro; desde la Sanidad hasta las Universidades. Los medios de comunicación (también los que le han dado a Pablo Iglesias el éxito instantáneo en estas elecciones) tendrán sus comités de control y no podrán generar beneficios excesivos, así como las empresas extranjeras instaladas en España (si es que quedara alguna al llegar éstos al Poder!), que tendrán auditorías periódicas para el reparto equitativo de beneficios.

Enfín (todo junto y acentuado, sí): que Venezuela y Cuba parecerían Chicago y Boston al lado de la España que este joven fundamentalista quiere para nosotros y nuestros hijos. Uffff...

No me parece mal que este político recentísimo tenga carácter y se exprese muy bien (hechos, ambos, innegables); ni que tenga, como dicen por ahí los medios, un ego gigantesco; egos gigantescos los han tenido todos los dictadores: desde Hitler a Fidel Castro; desde Pol Pot hasta Stalin; desde Franco hasta Mussolini. Y también los grandes estadistas del XIX y el XX. Un ego crecido no es síntoma, necesariamente, de imbecilidad. El problema es que este tipo de hombres no cree en la libertad del individuo; este tipo de personajes piensa que todo el mundo es un perfecto inútil y hay que resolverle la vida desde el Estado: un Estado hipertrofiado, gigantesco, de un paternalismo infinito y con una capacidad cósmica de intromisión en cada aspecto de la vida del ciudadano, asfixiando la Soberanía y reduciendo la capacidad de acción del individuo a cenizas.

Por otra parte, es asombroso que un tipo que canta las bondades de golpistas y asesinos como Hugo Chávez, Castro y demás dictadorzuelos comunistas haya tenido a su disposición un par de cadenas de televisión nacionales a diario, en todo momento y a todas horas, para difundir su tóxico concepto de Política; concepto que se reduce, en mi opinión, a tres parámetros esenciales: control absoluto del individuo; amputación total de la posibilidad de emprender nada; y asunción e instrumentalización de la Soberanía por parte del aparato de un Estado gigantesco y omnipresente.

Yo, como liberal que soy, no puedo menos que sopesar seriamente la posibilidad de acercarme a la Comisaría más cercana y denunciar a este tío totalitario e iluminado, a este gestor de la desdicha del individuo; denunciarlo por apología del terror totalitario y ensalzamiento de la Dictadura comunista. Sus ídolos son mis hombres del saco; sus modelos son mis demonios; su oscura visión del futuro es mi sofocante idea del Apocalipsis. Que haya conseguido más de un millón doscientos mil votos en España es un serio aviso de que algo gravísimo revolotea sobre la cabeza de los españoles.

En Francia tienen ya su Le Pen. En España, nuestro Pablo Iglesias. ...Un escalofrío recorre Europa.

jueves, 22 de mayo de 2014

Otro insulto a los andaluces.



Ya he denunciado en ocasiones la insistencia en insultar a los andaluces en la televisión. Y, una vez más, me siento ante el teclado para denunciar un nuevo insulto a este desgraciado pueblo sin defensores que es el pueblo andaluz.

En una nueva serie de Antena 3, cuyo título es Sin identidad, se expone una especie de nueva versión, modernizada y algo descafeinada, de El Conde de Montecristo. En esta ocasión, es una mujer la que busca venganza; su apellido, para que no quede duda del paralelismo con la obra de Dumas padre, es Dantés.

Mercedes Dantés, encarnada en la bellísima Megan Montaner, se percata, ya con 26 añitos, de que es hija adoptada; y busca a su madre con gran afán. Pese a los obstáculos que encuentra en su búsqueda (un convento en el que las monjas llevan décadas vendiendo recién nacidos a gente con pasta; intereses políticos; jueces y abogados comprados, etc.), Mercedes Dantés encuentra a su madre, Fernanda, encarnada por una Victoria Abril metida en formol.

Hasta aquí, no hay nada que decir. El problema, como siempre, es que esta tal Fernanda ha sido puta toda la vida; recientemente, regenta un bar de pueblo junto a su hija asmática. La hija tiene un novio: un macarra excarcelario; un chorizo violento. Todos son andaluces. Todos, de un supuesto pueblo de Jaén.

Al margen de que el acento de los supuestos jiennenses es mucho más de Sevilla capital (del extrarradio de Sevilla, me atrevería a decir) que de Jaén (cualquier andaluz distingue a la primera palabra si el que habla es de Andalucía Oriental u Occidental!), lo triste de todo este asunto es que, una vez más, los andaluces sólo aparecemos en las series de Antena 3 (y de Telecinco; y de Cuatro; y de la Sexta...) si hace falta sacar a una puta, a un chorizo, a un macarra, a un traficante o a un gilipollas.

No hay manera de ver a un andaluz, en una serie, haciendo un papel serio o en un rol protagonista! Siempre le confían el clásico personaje cortito de entendederas; o banal, o frívolo, o torpe. Y esto, en el mejor de los casos: la mayoría de las veces, como ya he dicho, los andaluces aparecen en estas series (y en casi todo el cine español) dando vida al repugnante mundo del hampa. Como si aquí en Andalucía no hubiera hombres y mujeres trabajadores y gente normal!

Nos han relegado a aparecer como chorizos, sinvergüenzas, vagos y putas. Y, efectivamente, en Andalucía hay chorizos, sinvergüenzas, vagos y putas!!! Como en toda España!!! O es que no hay ladrones en Cataluña? O es que no hay putas en Bilbao? O es que no hay sinvergüenzas en Valladolid?

Por qué no se atreven a ponerles a estos personajes, para variar, un claro acento catalán? A que no recuerdan ustedes a un vasco haciendo de traficante en ninguna serie? O a una catalana haciendo de puta? Claro que no! Bien que se cuidan, en estas empresas de producciones televisivas, de no mosquear a los vascos ni a los catalanes! Siempre nos tienen a nosotros, los andaluces, para ponernos el pie en el cuello subliminalmente!

Hasta en los dibujos animados, los personajes más abyectos tienen acento claramente andaluz; vean, si no, el infame personaje Cletus, de la maravillosa serie Los Simpsons! Cletus y Brandine, su compañera, son dos paletos norteamericanos que viven amancebados y llenos de hijos analfabetos en el extrarradio de Springfield; representan lo más alejado de la civilización; son incestuosos, abominables y repulsivos. Y qué acento han elegido, para su doblaje? Catalán? Vasco? Gallego? Vallisoletano? Aragonés? Noooo! Tienen acento andaluz!!! Claaaaro!! Cómo no? Lo más abyecto de la sociedad norteamericana sólo puede ser entendido en toda su plenitud, al verterlo al español, si está acompañado de un claro acento de Andalucía.

Y nadie protesta!!! No hay ni un político andaluz que ponga el grito en el cielo! Ni una asociación en defensa de la dignidad de los andaluces! Nadie. Un silencio cósmico y resignado, que indica aceptación e indolencia, es toda la respuesta. Incluso habrá andaluces a los que este sistemático insulto les hace gracia!

Así que, de nuevo, una choni asmática y resentida; su novio, un chorizo carcelario y violento; y la madre de la choni, una puta acabada y greñuda con más pinta de homeless yanqui que de deshauciada española, concentran dentro de sí mismos todo el lumpen español; y todo ello, adobado con un fortísimo acento andaluz occidental (pese a situar la acción en Jaén), para que no se nos olvide a los andaluces que somos la hez de la tierra, la escoria de España; para que no se les olvide al resto de los españoles que lo más abyecto de nuestro país sigue residiendo en Andalucía, esa tierra casi africana en la que no hay defensores de la dignidad, ni voces que se alcen contra este insulto constante; ni políticos que velen por nuestro amor propio como ciudadanos; ni instituciones que guarden la imagen de un pueblo que un día fue el centro del mundo.

Nada: sólo resignación y silencio. Y muchas putas, chorizos y descerebrados llenando las series y el cine español de un hediondo e irrespirable acento andaluz.

martes, 20 de mayo de 2014

Mi Rey, mis negocios.



Vaya por delante que no soy monárquico; que creo que una República es algo más sano y moderno, más inmediato al ciudadano que una Monarquía. Pero soy persona de orden (que se decía antes) y acepto la situación del Estado español sin aspavientos ni banderas, y con la esperanza de que en algún momento encontremos un punto de inflexión incruento en el que virar hacia un modelo más acorde con nuestro tiempo. Dicho lo cual...

Me parece fantástico que el Rey Don Juan Carlos viaje a los países árabes acompañando a los empresarios españoles con el fin de romper el hielo musulmán y hacer de pontífice (que tiende puentes) entre éstos y aquéllos. Es magnífico que estos musulmanes, hipermillonarios hasta la náusea, sólo quieran recibir en sus geométricas y doradas estancias a personas de sangre real. Ello hace que nuestro Rey sirva a su país como mediador, relaciones públicas y embajador. Para algo práctico debía servir la Monarquía! No sólo como tótem para nostálgicos de épocas pretéritas!

Estupendo, pues. Pero...

Cuando mi Rey acompaña a empresarios españoles a estos países medievales lo hace para que estos hombres de negocios sean recibidos, atendidos y escuchados sin peligro de que cualquier jeque de éstos les manden cortar la mano izquierda por un descuido comiendo cordero. Don Juan Carlos actúa de escudo protector, de guía espiritual y de abogado de almas, pues hace décadas que entabló amistad con estos tiranos del medioevo; o con los padres de éstos; y le conceden su confianza por la sencilla razón de que es un Rey. Un Rey europeo, para más inri. Un Rey de los de antes!

Pero cuando mi Rey lleva de la manita a estos mercaderes a hacer negocios "para España", mi Rey lleva en el bolsillo de su carísima chaqueta la Soberanía de los españoles: mi porción de Soberanía nacional. Don Juan Carlos soporta en su ajada columna vertebral la Soberanía de todos los españoles, y, cuando mete la mano en el couscous saudí mientras gasta una broma real, además de estar contribuyendo a que los dineros saudíes se los embolsen los constructores españoles, está comiendo couscous soberanamente; es decir: todos los españoles nos concentramos en esa porción de couscous que el monarca se embucha en su real garganta.

Por lo tanto, somos todos los españoles, representados en la egregia figura de nuestro Rey, los que abrimos el camino a estos empresarios para forrarse con el AVE a la Meca, con la construcción de la-Mezquita-más-grande-que-vieronlos-Siglos o con la ampliación del Metro de Abu Dabi.

Y eso me parece bien. Me alegra que los españoles hagamos negocios boyantes en todo el planeta. Y, seamos pragmáticos: aunque haya que taparse las narices; porque para estrechar la mano de aquéllos que aún obligan a las mujeres a ir tapadas de arriba abajo; para firmar acuerdos económicos con quienes no han levantado un dedo contra la lapidación a las mujeres adúlteras; para llegar a acuerdos con quienes no dudan de la bondad de ahorcar a las mujeres musulmanas que se han casado con un cristiano, hay que tener estómago, eh?

Seamos prácticos; seamos racionales; apoyemos a nuestros empresarios: muy bien. Pero si van con un sherpa real que les abre el camino para que puedan coronar estos ochomiles complejísimos, deben aceptar que es el Pueblo Soberano Español el que, a través de la figura del Rey Juan Carlos, les está abriendo las puertas de las alcobas de estos jeques antidemocráticos y absolutistas.

Por lo tanto, y siguiendo con la lógica empresarial, estos hombres de negocios, estas empresas ciclópeas, estas constructoras megalíticas deben dar algo a cambio a los españoles. Es decir: nosotros les prestamos al Rey, que es lo mismo que prestarles nuestra Soberanía, para que den un uso de Él (de Ella); un uso claramente beneficioso para sus planes empresariales. Muy bien. Pero creo que no está claro aún qué recibimos los españoles a cambio de esta cesión utilitaria de nuestra Soberanía común.

Alguien sabe si estas empresas tienen firmado con el Estado español algún convenio de intercambio de beneficios? Es decir: nuestro Rey les sirve de mamporrero en los bussines, y, a cambio, esas empresas se comprometen a construir algún centro cívico? Algún hospital infantil? Alguna Universidad? O campos de deporte; o parques y jardines? O se comprometen a financiar la investigación contra el cáncer? Enfín... Algo?

Me suena a mí que no. Y de nada nos sirve que alguien diga que los beneficios de esas megaconstrucciones son ingresados en cuentas bancarias españolas; o que Hacienda recibe su parte proporcional al final del Ejercicio anual. No, por Dios! Porque eso se da por sentado! Faltaría más! Lo que nos quedaba es que esos miles de millones de euros fueran a parar a paraísos fiscales que no tributaran a la Hacienda española!

Me refiero a que, además de tributar (yo tributo, tú tributas, etc.), estos empresarios claramente beneficiados por mi Rey, por mi Soberanía, deben dar, a cambio, algo que redunde en beneficio de aquéllos en quienes la Soberanía reside. Y no sólo la tributación a Hacienda; ni que el capitalazo ganado se mueva por los bancos españoles (que ya eso no es como antes! Porque no dan crédito alguno!), sino que se comprometan por escrito y ante notario a devolver al pueblo español parte del inmenso beneficio que la presencia y mediación de nuestro Rey les ha permitido ganar. Y que, sin ese pontificado real, jamás (que quede claro: jamás) habrían logrado.

Dicho lo cual, creo que estamos en condiciones de exigir a estos empresarios de alcance internacional no sólo que cumplan la Ley fiscal y tributen en España (que eso se les supone!), sino que agradezcan nuestra cesión de la Soberanía edificando para los españoles, aportando capital para la investigación, construyendo colegios, carreteras, hospitales o centros geriátricos. Porque algo han de dar a cambio.

Y si no, que no cuenten más con el Rey Juan Carlos -con mi Rey- para hacer negocios; porque están utilizando mi Soberanía sin mi permiso!

martes, 6 de mayo de 2014

Helecho diferencial


Haber nacido en España es -como haber nacido en Francia- un accidente. Pero que nadie se engañe: ser francés siempre ha sido más fácil que ser español. Mucho más fácil! Dónde va a parar?

Ser español (ya lo dije en mis vídeos) es tremendamente difícil: además de sufrir los inconvenientes del mal divorcio que se ha ido forjando entre la Política y la Ciudadanía; además de soportar durante décadas el expolio de las arcas públicas por parte de una verdadera mafia institucional; además de haber dado por imposible que la Justicia ponga en su sitio a los políticos que durante décadas expoliaron las cajas de ahorros, a los banqueros estafadores, a los terroristas irredentos, a los sindicalistas hartos de marisco, a los concejales enriquecidos ilícitamente; además de pagar con nuestro sueldo los desmanes financieros en que incurrieron otros; además -digo-, tenemos que sufrir, a diario y desde hace décadas, a los nacionalistas.

El nacionalismo -también lo he dicho: por activa y por pasiva- debería estar tipificado, junto al terrorismo y al fundamentalismo, como delito, pues entre sus muchas vilezas está la de surgir por obra y gracia de un sentimiento de superioridad frente a aquéllos con los que los repentinos nacionalistas llevan conviviendo durante siglos. La esencia del nacionalismo no es otra que la siguiente afirmación: yo soy mejor que tú. Y la destrucción del con-vecino es el medio directo para conseguir su fin, que no es otro que suplantar al Estado que desgarran para convertirse en otro Estado idéntico. Esto es: no acaban con el Estado para implantar un modelo mejor, sino para detentar los mismos privilegios del Estado al que destruyen!

Pero de los muchos aspectos que ofrece el Nacionalismo para analizar, hay uno que me ha parecido siempre especialmente sangrante e insultante: ése que se resume y concentra en lo que ellos llaman el hecho diferencial. El hecho diferencial catalán... Bien. Pero qué narices es un hecho diferencial?

Un hecho diferencial, a priori, es una realidad de facto que hace que un pueblo se diferencie con claridad y contundencia de los demás pueblos que conforman el Estado del que forman parte. Como si en España, verbigracia, vivieran siete millones y medio de yanomamis en taparrabos: sus cerbatanas, sus pelados a la taza, su corta estatura y su intrincado idioma los harían inmediatamente diferentes al resto de españoles; eso es evidente. Yanomamis? Sí: yanomamis!

Como si fueran yanomamis, los nacionalistas catalanes aducen para defender este hecho diferencial unos parámetros que los distinguen claramente del resto de los españoles; a saber: un idioma propio; una cultura y folclore propios; una Historia propia y exclusiva que -por lo visto- refrenda cientos, miles de años de independencia anteriores a su anexión (sic) al Reino de España. Aducen también una situación de injusticia y opresión insufrible por parte del estado español, con el mantra Espanya ens roba (España nos roba) como runrún repetitivo y reivindicativo; etc.

En resumen: aquello a lo que los independentistas catalanes llaman el hecho diferencial es, en su opinión, una serie de realidades irrefutables e indiscutibles que, por descontado, no aguantan ni el más ligero análisis. Veamos.

Tienen un idioma propio: el catalán, que es un dialecto derivado del lemosín, románico. Los gallegos, acaso, no disfrutan también de idioma propio? Y qué decir de los castellanos? Y los valencianos? Y los baleares? Y los canarios, con el guanche? Y si me apuran: qué decir de la fabla aragonesa? O del castúo, en Extremadura? Por no hablar del bable! O de las distintas hablas andaluzas, algunas de las cuales no entendería Dámaso Alonso, así resucitase!!! En Huelva y en Sevilla, sin ir más lejos, hay dos hermosos pueblos en los que yo, que soy sevillano de la Puerta Carmona (el centro de Sevilla), no entiendo ni una sola frase, así me cuelguen por los pulgares! Me encantaría contemplar a un leridano en Estepa intentando descifrar la pregunta "tú sabe chiflée?"

Por descontado, el euskera (o euskara, pues parecen no ponerse de acuerdo los vascos en este extremo), hablado por un pequeño porcentaje de la población vascuence, también es un idioma; aunque inventado en su mayor parte en los últimos 30 años. Recuerdo que en la Facultad de Filología, durante la asignatura de Lingüística, estudiábamos el euskera por el año 1981 como un idioma con no más de 400 voces (vaca, mamá, agua, piedra, Parabellum...) al que en esos días se le estaban añadiendo términos (camión-kamioi, ordenador-ordenagailua, etc.) y del que teníamos serias dudas de que sirviera para estudiar a Wittgenstein! Hoy día, miles de millones de euros después, se podría -claro que sí!- estudiar a Wittgenstein en euskera, aunque no se vea mucho interés por el filósofo en las calles de Basauri. Enfín...

Cataluña tiene un idioma propio, igual que Andalucía, Aragón y Valencia. Y qué? Eso no les diferencia del resto de los españoles más que a los gallegos de los extremeños. Pasemos, entonces, al siguiente hecho: una cultura y un folclore propios.
Quieren de verdad ustedes que les hable del Flamenco? De la Jota aragonesa? De las sevillanas, verdiales, fandangos... De la isa canaria? De las folías? De la muñeira? De los empalaos? De la saeta? De las lagarteranas? De las fallas? De la Feria de abril? De la semana santa vallisoletana? De la gaita gallega? De la gaita aragonesa? De la gaita del desierto de los Monegros? De las Cantigas de Alfonso X el Sabio? De la paella? De la ensaimada? De la sobrasada? De las papas con mojo picón? Del gazpacho? Del chotis? Del fandango minero? De la vendimia riojana? De las Fiestas de San Mateo? Del Cristo de los Legionarios en Málaga? De la tomatina? De los sanfermines? De San Andrés de Teixido? Del Camino de Sant Yago?

De qué estamos hablando? España es un país de performers! No hay día sin su fiesta, ni región sin sus bailes antiquísimos! Ni zona sin sus vinos; ni tierra sin sus quesos! La sardana la inventó José Ventura, un andaluz de Jaén, en 1817, para contrarrestar la jota, que arrasaba como baile regional. No podemos decir lo mismo de las sevillanas, que son una evolución de las seguidillas manchegas; ni de las dichas seguidillas; ni de la jota, la isa, las muñeiras, etc. etc. etc. Estas danzas son tan antiguas y tan verdaderamente populares (volk loore), que no pueden datarse ni nombrar a sus autores: son puro pueblo.

Pero claro que Cataluña tiene un folclor propio: como el resto de las regiones de España! No tiene la exuberancia del Flamenco, ni la brillantez de las jotas; pero es su fiesta, y en cuestión de sentimientos no hay más que decir. Pero de ahí a sentirse diferentes... Es decir: de ahí a afirmar, con la contundencia que sólo los pedantes tienen, que ellos son más diferentes que los demás... Vamos, vamos!

Y ya, el colmo: que tienen una Historia propia. Como si los demás españoles no la tuvieran!!! Es para morirse de risa! La única región de España (junto con los vascos, curiosamente) que jamás ha sido un Reino, viene ahora con unas ínfulas de haber sido independiente desde el Big Bang que sólo con abrir un libro de Historia no censurado por la Generalidad catalana se derrumban como un castillo de naipes marcados.
Asombroso! Como si los andaluces (por poner un caso) no hubiéramos sido un centro neurálgico de la Hispania romana, con tres emperadores que aportamos!!! Y luego, con los Omeya y el resto de la magnífica cultura árabe; amén de haber sido Corte de Fernando III y su hijo Alfonso X, Cantigas incluidas! Y si quieren ustedes, seguimos: Sevilla como el centro del mundo durante los Siglos de Oro; la distribuidora de las Américas! Y más tarde, las Cortes de Cádiz, en donde se refugió la Libertad y se construyó la Constitución más avanzada de sus días!

Hablamos ahora de la Historia del Reino de Valencia? O del de Navarra? O de Castilla? O del Reino de Aragón, que tánto tuvo que sufrir a la insurrecta y mal avenida burguesía catalana, que no hizo nunca otra cosa que oprimir a sus propios campesinos? Pero quiénes se creen que son éstos? Con quién creen que se están comparando? Cómo pueden decirnos al resto de españoles (que creamos el primer Estado moderno del mundo) que tienen más Historia que nosotros?

Y de qué opresión hablan? Si desde siempre han sido favorecidos por todos los regímenes! Con la Dictadura franquista especialmente! Franco dejó desangrarse a Extremadura y Andalucía para favorecer clara y contundentemente a los industriales vascos y catalanes! Y luego, con la llegada de la llamada Democracia, los nacionalistas catalanes (y vascos) no han dejado de beneficiarse del Estado español! Cómo que España ens roba? Hemos de sufrir este insulto constante a la inteligencia y a la Historia?

Si Cataluña se desgajara del Estado español y en unas décadas lograra adherirse a la Unión Europea, no tengan ustedes duda alguna de que en cuestión de unos años acuñarían la frase Europa ens roba. Porque el problema no es que estos separatistas sientan que tienen un folclore propio, ni que los castellets sean algo creado directamente por Dios (que con seguridad era de Manresa), no. El problema, el trasunto de la cuestión no es otro que la ausencia absoluta, entre estos prendas, de los conceptos de solidaridad, de bien social, de convivencia y equilibrio entre regiones. Cuando yo era pequeño, a éstos se les llamaba agarraos, tacaños, de la cofradía de la Virgen del Puño. Ahora se les conoce como insolidarios. Y de ser por fin independientes y pertenecer a un orden superior como lo es la Unión Europea, a la hora de soltar los dineros para contribuir al bien común y equilibrar la situación de países como Polonia, Grecia o Irlanda, tardarían 10 minutos en soltar lo de Europa ens roba: no lo duden!

Y no olvidemos que Europa es un monstruo que se está forjando a sí mismo con innúmeras dificultades. Nos está costando la misma vida sentar las bases económicas, sociales, estructurales y legales para que en el futuro se pueda hablar de unos Estados Unidos de Europa con el mismo estatus que tienen los yankees: la misma vida nos está costando! Pero si no hay una desgracia nacionalista como lo fue el atentado de Sarajevo (1ª Guerra Mundial) o la anexión de Polonia por Hitler (2ª Guerra Mundial); si no llega la sangre al Rhin con las ínfulas expansionistas-nacionalistas de Putin, Europa podría llegar a ser.

Y ahora, naciendo Europa a espasmos, vienen estos primates políticos (conocidos como nacionalistas) a imponer sus cuevas, sus pieles de mamut y sus huesos atravesándoles la nariz? A punto de emerger, entre las tremendas y escarpadas rocas de este páramo y de esta Babel europea una orquídea delicadísima, ¿quieren estos presapiens encorvados reventar los cristales del invernadero para plantar esas ramas primitivas y paleozoicas; esas plantas sin flores, esos simplicísimos helechos?

No lo permitamos! No les dejemos llevarnos a los palafitos! No permitamos que estos catetos nos impongan a los europeos su sosísima y primaria planta sin flores: su helecho diferencial.